Señor Jesús Hijo de Dios vivo, ten misericordia de mi, que soy un pobre pecador.

SI A LA VIDA

SI A LA VIDA
NO al aborto

EN QUE CREEMOS

Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su Único hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracias del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos. subió a los cielos, y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.

domingo, 11 de abril de 2010
Domingo 11 de Abril 2010, día de la Divina Misericordia de Jesús
Alabaré a Dios por encima de todo. Incluso por encima de las disputas entre los de mi misma religión.

    "Oh Jesús mío, Tú sabes qué esfuerzos son necesarios para tratar sinceramente y con sencillez con aquellos de los cuales nuestra naturaleza huye, o con los que nos hicieron sufrir consciente o inconscientemente, esto es imposible humanamente. En tales momentos más que en otras ocasiones, trato de descubrir a Jesús en aquellas personas y por este mismo Jesús hago todo para ellas"
                                                         Santa Faustina - D. 766





LA ESENCIA DE LA DEVOCIÓN

Debemos confiar en la Misericordia del Señor. Jesús, por medio de Sor Faustina nos dice:

 Deseo conceder gracias inimaginables a las almas que confían en mi misericordia (687). 

Que se acerquen a ese mar de misericordia con gran confianza. Los pecadores obtendrán la justificación y los justos serán fortalecidos en el bien. Al que haya depositado su confianza en mi misericordia, en la hora de la muerte le colmaré el alma con mi paz divina (1520).

La confianza es la esencia, el alma de esta devoción y a la vez la condición para recibir gracias. Las gracias de mi misericordia se toman con un solo recipiente y este es la confianza. Cuanto más confíe un alma, tanto más recibirá. Las almas que confían sin límites son mi gran consuelo y sobre ellas derramo todos los tesoros de mis gracias. Me alegro de que pidan mucho porque mi deseo es dar mucho, muchísimo (1578).

 El alma que confía en mi misericordia es la más feliz, porque yo mismo tengo cuidado de ella (1273). 

Ningún alma que ha invocado mi misericordia ha quedado decepcionada ni ha sentido confusión. Me complazco particularmente en el alma que confía en mi bondad (1541).
La misericordia define nuestra actitud ante cada persona. El Señor Jesús dijo a Sor Faustina: Exijo de ti obras de misericordia que deben surgir del amor hacia mí. Debes mostrar misericordia siempre y en todas partes. No puedes dejar de hacerlo ni excusarte ni justificarte. 

Te doy tres formar de ejercer misericordia:

la primera - es la acción, la segunda - la palabra, y la tercera - la oración. En estas tres formas se encierra la plenitud de la misericordia y es un testimonio indefectible del amor hacia mí. De este modo el alma alaba y adora mi misericordia (742).

La actitud del amor activo hacia el prójimo es otra condición para recibir gracias. Si el alma no practica la misericordia de alguna manera no conseguirá mi misericordia en el día del juicio. Oh, si las almas supieran acumular los tesoros eternos, no serían juzgadas, porque la misericordia anticiparía mi juicio (1317).

El Señor Jesús desea que sus devotos hagan por lo menos una obra de misericordia al día. Debes saber, hija mía que mi Corazón es la misericordia misma. De este mar de misericordia las gracias se derraman sobre todo el mundo (...) Deseo que tu corazón sea la sede de mi misericordia. Deseo que esta misericordia se derrame sobre todo el mundo a través de tu corazón. Cualquiera que se acerque a ti, no puede marcharse sin confiar en esta misericordia mía que tanto deseo para las almas (1777).

ORACIÓN DEL CORAZÓN

Hay una oración breve, recibida del Oriente cristiano que es muy querida por las muchedumbres creyentes: 

Señor Jesús Hijo de Dios vivo, ten misericordia de mi, que soy un pobre pecador.

Repetimos esta oración, pausadamente y muchas veces, cuando estamos en la Iglesia, o en casa, o de viaje. Se puede rezar cien, o mil veces por día. Es una profesión de fe en Jesús verdadero Dios y verdadero Hombre, que salva del pecado, del demonio y de la muerte.


El efecto de esta oración del corazón es una gran calma interior, una aceptación de las dificultades con serenidad, una capacidad para decir el consejo oportuno y una intuición de la ayuda que necesitan los demás. Se aconseja vivamente.

P. Osvaldo D. Santagada


fuente: http://www.divinamisericordia.org/elmensaje.html

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ACTO DE ENTREGA A DIOS

Toma, Señor, y recibe mi libertad, mi memoria, mí entendimiento y toda mi voluntad, todo mi haber y mi poseer. Tú me lo diste, a Ti, Señor, lo torno; todo es tuyo; dispón de ello conforme a tu voluntad. Dame tu amor y gracia, que esto me baste.

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